lunes, 3 de agosto de 2009

Venecia: un digno arrivederci a Italia

Del miércoles 29 al viernes 31

Tocar la alta velocidad italiana fue un descanso, una relajación y un disfrute forzoso. Tras dos horas y media de viaje desde Santa Maria Novella (estación de Firenze) hasta Venezia Santa Lucia, llegamos a la serenísima.

Si viajar a Roma fue toda una experiencia y visitar Florencia una delicia, llegar a Venecia fue toda una rareza.

Adentrarse en esa ciudad sin coches, que teje esa maraña laberíntica de callejuelas de pocos palmos de anchura, es la oportunidad perfecta para valorar la fuerza del dinero y el marketing. Porque eso es Venecia: dinero y marketing. Miles de turistas colapsan los accesos a Ponte Rialto, San Marcos y otros muchos puntos estratégicos de una ciudad, que no es que este tomada por el turista, es que esta hecha por y para el turista.

Esta impresión tan evidente se nos hizo visible a medida que nos trasladábamos al hotel Caneva, el mas caro de nuestro recorrido y el que peor condiciones ha mostrado. Pese a estar extremadamente céntrico (junto a Rialto), las instalaciones eran pobres y disponía de una sola ducha para 20 habitaciones!!!!!

Este gesto, y el olor de algunos canales, no hizo mas que confirmar la impresión que teníamos de la ciudad.

Pero no hay nada como equivocarse, e igual que criticamos, rectificamos.

Pese a que nuestro primer dia para conocer Venecia comenzó con una sufridísima visita al Arsenale y San Marcos, donde palomas y humanos se agolpan bajo el calor sofocante de la ciudad; la tarde, tras un deliciosa comida junto a esa plaza, nos permitió alejarnos de esos puntos y descubrir que hay vida mas allá de San Marcos.

Y entonces si, Venecia logro su color, su aroma, su belleza y sus posibilidades de disfrute.

La Venecia mas turbia, dejo paso a la Venecia menos frecuentada y mas hermosa.

Un paseo hasta la academia, pasando por las principales tiendas de la ciudad y llegando con calma hasta Dorsoduro Est, viendo el atardecer junto al mar en la Chiesa della Salute, permite reconciliarse con Venecia. Y volver a sus tradiciones, y recuperar su peculiaridad como virtud y convertirla en la visita mas fotográfica. Porque Venecia, será claustrofobica y maloliente (en algunos momentos) pero es única, y eso la hace bellísima.

A partir de esa tarde, incluso S. Marcos se veía con otros ojos, se entendía...

Cena de basura en Burger King, cervezas junto al hotel Metrópoli, paseo por S. Marcos hasta el hotel disfrutando de las orquestas de bares y restaurantes y sueño en el Caneva.


El segundo dia, ya reconvertidos al verdadero espíritu de Venecia, nos permitió ver las cosas con más claridad, el hotel nos dio un desayuno muy digno, la visita guiada por S. Marcos fue todo un gustazo, el paseo hasta la Bienale y el granizado en Via garibaldi fueron muy agradables y la repetición de la terraza del día anterior para comer, todo un acierto.... Destacar el espectáculo circense que nos brindó Almendral siendo capaz de llamar la atención de las palomas de S. Marcos, quienes le envolvieron subiéndose a sus brazos y cabeza...conviene mencionar que desde hace días tiene un pequeño sarpullido en su brazo que deja ver el espacio recorrido por las palomas..


Cerramos nuestra visita a Venecia en Ponte Rialto y por San Polo. Antes de dar por cerrado nuestro día, nos acercamos hasta el hotel a recoger nuestras mochilas y llegó la sorpresa final.... Fabricio (el nombre puede no corresponder con su autentica identidad), el responsable del hotel que había permanecido en un discreto y profesional segundo plano durante nuestra estancia, se torno en un ser cariñoso, simpático y extremadamente sensible en nuestra despedida.

Cuando cargamos nuestros mochilones a la espalda vino a darnos la mano,pero no le bastó con la mano sino que también nos dio un abrazo y nos comió a besos pese a nuestro aparente rechazo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario