Viernes 31 de julio- sabado 1 de agosto
21:20 anochece en Venecia y nos adentramos en Venezia Santa Lucia que nos recibía con un incendio en un anden (pequeño , pero impactante). Allí, nos esperaba lo que creíamos que iba a ser el momento mas duro del Interrail, el tren Venecia - Budapest , de 14h.... y fue peor aún.
Al entrar, los asientos ya anticipaban la comodidad de un viaje eterno, y para continuar, un calor horrible.
Hicimos tiempo , ya que aun quedaba un poco para que saliera el tren, así que Almendral salió fuera , y le pareció escuchar que había habido ciertos problemas técnicos en la red y que algunos trenes llegarían con retraso , a lo cual no le dió importancia, hasta que, una vez con el tren en marcha, nos quedamos media hora parados en el puente que une Venecia con "tierra firme" (Mestre). Cuando por fin avanzamos y ya creíamos que no podría pasar nada más, vino lo peor. Al llegar a la estación de Mestre (otra estacion de tren de Venecia ), nos enteramos de que, por lo visto, los problemas que habíamos oido por megafonía habían hecho que varias lineas de cercanías no pudieran dar servicio, así que, se subieron a nuestro vagón unas 50 personas , la mayoría de pie y la verdad se hizo un poco incomodo pero en ese instante llego lo gracioso...
Entre tal marabunta de gente se subió un hombre bajito , indio , de Bangladesh ,(según oímos en una conversación) y estaba en nuestro mismo grupo de 4 asientos (2 a 2 enfrentados).
Una vez se sentó, empezó a desvariar la cosa, Aladin, el nombre de este personaje , empezó a sacar comida , dándonos la esperanza de ahorrarnos unos euros en el vagón restaurante (juan : mirale que majo , ha traido kebaps para todos) y segun Gon , estabamos obligados a tratarle bien porque asi nos concederia 3 deseos... la cosa desvarió y desvarió hasta que el tren se fue vaciando, Aladin se cambio de sitio, creemos que se enteró de todo porque la verdad hablaba italiano bastante bien (y si nosotros entendemos italiano, ellos también entienden español).
Fuera por lo que fuese nos relajamos, Juan se durmió , y Gon y Almendral empezaron a echar partidas de ajedrez (tradición del Interrail), Juan volvió a despertarse a la altura de Zagreb (5.00) ya que nos hicieron bajarnos a todos del tren, nos registraron , y subieron perros al tren que olisquearon nuestros equipajes.
Tras este bizarro control , volvimos al tren, un poco asustados oiga , porque la estación de Zagreb no dejaba mucho a la imaginación....
Una vez este episodio pasó, volvimos a subir al tren, comimos una de las hamburguesas que compramos en Venecia (8HORAS ANTES) y aprovechamos como buenamente pudimos para echar unas cabezaditas , interrumpidas por los policías de aduanas que cada dos por tres molestaban obligándonos a enseñarles una y otra vez el pasaporte.
Otra anécdota al respecto, nuestro amigo Ali Ababua, sin razón aparente, en vez de tener pasaporte de Bangladesh (que seria lo normal) tenia pasaporte ruso , no nos preguntéis por qué...pero también le tocó explicárselo a las autoridades croatas.
La cosa transcurrió normal a partir de entonces, hasta que a eso de la 1 de la tarde llegamos a Budapest , tras 15h de viaje en ese tren que en un primer momento pintaba mucho mas peligroso y problemático de lo que fue.
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